ESTRATEGIAS COMO MAPAS PARA NAVEGAR UN MUNDO FLUIDO.
Por Dra. Sandra massoni.
La convocatoria para esta mesa –recuperar al hombre- es bien interesante. Por un lado nos alienta a pensar lo no pensado, a buscar la diferencia, lo inédito en el marco de lo posible. Tenemos sobre nuestras espaldas años de críticas a los reduccionismos de las ciencias sociales y, a la par, años también en los que estos mismos modelos de investigación -con sus anacronismos tan bien analizados en detalle- siguen manteniéndose dominantes en nuestras universidades. Por eso mismo es esta una tarea que particularmente me entusiasma planteada en el marco de los estudios comunicacionales iberoamericanos: somos más de 700 mil personas las que estudiamos comunicación social sólo en américa latina. Además de una carrera universitaria podría decirse... Que somos casi un movimiento social.
Más allá de la broma, tengo esperanza: quizás podamos cambiar algo respecto de estas maneras de investigar que tanto criticamos pero que paradójicamente siguen siendo nuestro principal producto.
Me propongo hablar de las estrategias de comunicación como una nueva matriz de estilo científico y académico, incipiente, pero que está empezando a consolidarse, que busca maneras de investigar sin escindir al hombre, más bien reconociéndolo como un actor en un mundo fluido. Intentaré, entonces, en la primera parte de esta presentación, puntualizar algunos desplazamientos que se derivan de esta reconceptualización del hombre en la teoría de la comunicación estratégica. En la segunda parte, presentaré el modelo de comunicación estratégica con el que estamos trabajando en mi universidad desde hace ya 15 años.
La dimensión humana
Indudablemente en ciencias sociales, durante mucho tiempo, nos olvidamos del hombre. Nuestra historia pinta perfectamente esta cuestión: investigaciones en las que se ostenta mucha inteligencia analítica pero que se diluye, no opera porque tiene escasa o nula conexión con los problemas reales de nuestras sociedades. La ciencia tradicional -que se ha fundado justamente en la exclusión del sujeto deberá ahora dejar paso al nuevo pensamiento estratégico en el que el retorno del hombre es un núcleo articulador de nuevas modalidades de generación de conocimientos.
Para hablar de esta cuestión tomaré algunas afirmaciones de mis autores preferidos en el marco de las nuevas teorías cognitivas: Humberto Maturana y Francisco Varela. Estos autores proponen una nueva comprensión del ser humano centrada en un darnos cuenta de los procesos y capacidades que nos permiten aparecer como seres históricos capaces de constituir nuestros mundos significativos.
Los seres humanos no nos representamos simbólicamente el entorno; obtenemos la información derivada de las transformaciones en nuestra estructura biológica que acontecen en nuestra interacción con él. No hay nada parecido a una “representación mental”, no hay ideas en estado puro, toda idea es la observación derivada de un determinado estado corporal. (Maturana, h., 1992, 63 –78). “El fenómeno de la interpretación se entiende aquí como la actividad circular que eslabona la acción y el conocimiento, al conocedor y lo conocido en un círculo indisociable”. Francisco Varela, conocer, 1996, Barcelona, España, página 90.
Ellos y otros autores de las teorías de la auto organización como Jesús Ibáñez o Illya Prigogine nos muestran que conocemos en relación, con y por los otros. El sujeto entonces ya no se piensa como intraindividual sino como sociocultural.
Es esta una teoría fuerte del sujeto, porque entiende al hombre principalmente como un agente transformador del mundo que afronta este proceso en base a su emoción y a sus proyectos.
Nada en el ser humano es un fragmento, algo escindido por todo esto es que la teoría estratégica nos ofrece una oportunidad de repensar a la comunicación en clave relacional. Una manera de abordar nuestras investigaciones desde una perspectiva no dualista que incorpora la complejidad de los fenómenos y el fluir del mundo.
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